jueves, 12 de diciembre de 2013

Reseñas Cineblog: Gremlins + Willow

Cines Cinesa Nueva Condomina, Ciclo Rewind, Jueves 19 de Diciembre

“Gremlins” (Joe Dante, 1984)

“Willow” (Ron Howard, 1988)

Sesión doble en forma de festival nostálgico para los chavales de los 80 que aún se regocijan con las grandes aventuras de fantasía heroica y los monstruitos gamberros salidos de la nada para sembrar el terror. Los dos grandes gurús del entretenimiento hollywoodiense durante los años 70 y 80 (tirando por lo bajo), Steven Spielberg y George Lucas, tuvieron dispar suerte como productores por separado (juntos parieron la saga de Indiana Jones). Mientras Spielberg reventaba taquillas gracias a ingeniosos y fantásticos argumentos, efectos especiales de primera y prometedores directores (Joe Dante, Robert Zemeckis o Richard Donner) en films como “Poltergeist” (1982), “Regreso al Futuro” (1985) o “Los Goonies” (1985) que se convirtieron en iconos cinematográficos;  George Lucas pinchaba una y otra vez, sin escatimar tampoco en efectos especiales pero con unos argumentos un tanto más retorcidos y unos directores bastante más irregulares o inexpertos (William Dear, Frank Oz o Ron Howard) en películas que han pasado a formar parte de un culto más reducido pero igual de fervoroso como “Dentro del Laberinto” (1986), “Howard… un nuevo héroe” (1986) o “Willow” (1988).

Como cinéfilos irredentos y enamorados de la cultura popular de su juventud que eran (y son), las historias que producían Amblin (productora de Spielberg) y Lucasfilm (productora de Lucas) provenían de mezclar, homenajear y renovar viejos conceptos para las nuevas generaciones de devoradores fílmicos. “Gremlins” es una oda desvergonzada a los films de terror y de monstruos de los años 50, a los autocines, a la serie B, a Forrest J. Ackerman y a las leyendas urbanas. Sin embargo “Willow” es la ‘versión’ de George Lucas de “El Hobbit” (novela de la cual no consiguió los derechos) en la que podemos encontrar elementos de “Los viajes de Gulliver” o de diversos pasajes de “La Biblia”.

Aunque tanto Spielberg como Lucas dedicaron gran parte de su esfuerzo a producir films de calidad (mientras Spielberg intentaba hacerse un hueco entre los autores de prestigio con “El Color Púrpura” o “El Imperio del Sol”, Lucas ponía parte de su fortuna ‘galáctica’ para que Akira Kurosawa, Paul Schrader o Francis Ford Coppola pudiesen financiar “Kagemusha, la sombra del guerrero”, 1980, “Mishima”, 1985, o “Tucker, un hombre y su sueño”, 1988, respectivamente), lo cierto es que siempre serán recordados como padres de una generación de espectadores maravillados por la tecnología y la magia de un hollywood que no volvería a ser nunca el mismo.


- Para recuperadores de tesoros perdidos en el fondo de la psique.

- No pierdan el tiempo los que no las hayan visto desde los 80… si no has hecho por verlas hasta ahora por algo será.


Rubén Párraga Díaz - Cineblog.net

martes, 10 de diciembre de 2013

Reseñas Cineblog: Jasón y los Argonautas

En Recuerdo de Ray Harryhausen (1920-2013):

Aula de Cine & Filmoteca Regional, Miércoles 11 de diciembre

“Jasón y los Argonautas” (Don Chaffey, 1963)

Partiendo de los cánones del peplum fantástico (el cine de romanos, para entendernos, pero en su vertiente de relato de las hazañas de héroes tipo Hércules o Ulises), “Jasón y los argonautas” se trasforma en un auténtico festival de aventuras imposibles, gigantescos monstruos y escenas míticas (inolvidable e hiperhomenajeada la secuencia de la lucha contra los esqueletos) gracias a la firme dirección del artesano televisivo Don Chaffey (realizador en joyas como “El Prisionero”, 1967-68); y por supuesto, debido a los geniales efectos especiales de un ya consagrado Ray Harryhausen, que aquí también ejerce como productor asociado además de ser el verdadero promotor del film (la idea original fue suya). La animación ‘stop-motion’ de los personajes animados se convierte en el auténtico protagonista de esta delicia del espectáculo lúdico mientras el Gigante de Bronce, las Arpías o la Hidra de Lerna pasan ante nuestros ojos como reliquias de un pasado reciente.

La película cuenta la historia de Jasón (Todd Armstrong), el rey legítimo de Tesalia. Cuando Jasón exige su trono al llegar a la mayoría de edad, su medio-hermano Pelias (Douglas Wilmer) lo embarca en la búsqueda suicida del mítico Vellocino de Oro. Jasón recluta a los mejores guerreros de Grecia y construye un barco: el Argo (de ahí lo de los Argonautas). En su viaje los dioses pondrán obstáculos que demostrarán el carácter heroico de la expedición (como el memorable Tritón, hijo de Poseidón y Anfítrite, que les corta el paso en un desfiladero), aunque Hera (Honor Blackman), la mujer de Zeus, estará de su lado.

Tras dejar su sello en muestras del cine de aventuras, ciencia-ficción y fantasía tan apreciables como “Surgió del fondo del mar” (Robert Gordon, 1955), “Simbad y la Princesa, 1958), “Los viajes de Gulliver” (Jack Sher, 1960) o La Isla Misteriosa (Cy Endfield, 1961), Ray Harryhausen se erigió como el centro de esta película (de la que él mismo dijo que era su preferida) en la que llegó a la cumbre de su arte (aunque el fracaso de taquilla del momento del estreno desinflase muchos sus expectativas futuras) y que sirvió también a Bernard Herrmann para regalarnos otra de sus maravillosas bandas sonoras. Harryhausen se retiraría de los efectos especiales con el nacimiento de los efectos digitales, su última película “Furia de Titanes” (Desmond Davis, 1981) fue un tour de force heredero del espíritu de “Jasón y los Argonautas” que se rodó solo un año antes de “Tron” (Steven Lisberger, 1982).
      
- Para los que sepan apreciar los efectos especiales tradicionales.

- No pierdan el tiempo los que dejaron atrás a su niño interior hace tiempo.


Rubén Párraga Díaz - Cineblog.net

martes, 3 de diciembre de 2013